Taller sobre Programa de alerta y vigilancia de Caracol Gigante Africano

En la fecha, el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (SENAVE) realiza un seminario sobre Programa de alerta y vigilancia de Caracol Gigante Africano (Achatina fúlica), con expositores deServicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) y el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (SENAVE), en  el salón auditorio Hernán Bertoni de la Dirección de Extensión Agraria (DEAg) de San Lorenzo.
La apertura del taller estuvo a cargo de autoridades del SENAVE, posteriormente el Ing. Agr. Sergio Fraga técnico del SENASA Argentina  dio a conocer   las características del caracol gigante africano, como afecta a la agricultura y las amenazas que representa para la salud pública, asimismo,   expuso sobre  las experiencias de las  tareas implementadas en la Argentina por el  SENASA a través de la Dirección Nacional de Protección Vegetal (DNPV) y del Centro Regional Corrientes-Misiones.
Según lo expuesto por el Ing. Fraga del SENASA  a través de la DNPV y del Centro Regional Corrientes-Misiones, implementa tareas de monitoreo y control del caracol gigante africano y al mismo tiempo realiza tareas de difusión y concientización a la población de la zona afectada,  con el objetivo de prevenir la dispersión y disminuir los niveles poblacionales de esta plaga,  y así evitar posibles daños que pudieran ocasionar a la población y a la agricultura del país y la región.
Caracol Gigante Africano (Achatina fúlica)
El caracol gigante africano (Achatina  fulica), es considerado una de las plagas más perjudiciales del mundo. Esto se debe a su alta resistencia a variables ambientales, a su dieta polífaga y a su alto potencial reproductivo que favorece su dispersión; además del impacto que puede ocasionar sobre la agricultura, también puede actuar como vector de parásitos de importancia médica y veterinaria. 

Así mismo se deben considerar las posibles pérdidas económicas por la amenaza que esta plaga representa para más de 100 tipos de cultivos y granos almacenados, según  el Ing. Sergio Praga.
Por otro lado,  dijo que durante el mes de junio del 2010 llegaron a la Dirección de Vigilancia y Monitoreo los primeros reportes no oficiales sobre la presencia de este molusco en la provincia de Misiones.Poco tiempo después en conjunto con el personal del Centro Regional Corrientes Misiones las detecciones fueron  confirmadas oficialmente por SENASA, a través de tareas de vigilancia específica.

Fuente: Sistema Nacional Argentino Vigilancia y
Monitorio  de Plagas (SINAVIMO) 
El caracol gigante africano es una especie terrestre nativa del este de África, donde se halla ampliamente diseminado. También se encuentra presente en Asia, Oceanía y América. Su introducción en América se inició en Hawai en 1939, a fines de la segunda Guerra Mundial alcanzó California y fue registrada en Florida a inicios de la década del 70 donde pudo ser erradicada. En Sudamérica existen  antecedentes de su presencia en Ecuador, Colombia, Venezuela y está ampliamente distribuido en al menos 23 estados del Brasil.

Otros de los temas según el programa a ser desarrollado durante la  jornada, que irá hasta 15:00,  son: Programa de Alerta y Vigilancia en Paraguay, Identificación del caracol gigante en laboratorio y Diferencias morfológicas con otras especies.
Mañana prosigue la jornada con  Prospección  y monitoreo del caracol gigante africano que estará a cargo de la Ing. Ana Vera, de la ciudad de Ayolas.
Características y hábitos del Caracol Gigante :
Esta especie es considerada plaga agrícola, a su vez posee una elevada capacidad de adaptación a diferentes condiciones ambientales y a pesar de que su dispersión natural es lenta, la acción del hombre permite su rápida diseminación. Otra característica importante es su elevado potencial reproductivo. Estos factores favorecen su proliferación y le otorgan ventajas competitivas, por lo tanto su presencia representa un riesgo elevado para los moluscos terrestres nativos.
A. fulica puede actuar como huésped de nematodos del género Angyostrongylus. Dos especies de este género, A. cantonensis y A. costaricensis se destacan desde el punto de vista sanitario al representar un riesgo para la salud humana. El primero de ellos es causante de meningoencefalitis y el segundo es agente causal de angiostrongilosis abdominal.
Se lo encuentra en una amplia diversidad de ambientes, como áreas boscosas naturales e implantadas, áreas agrícolas,  áreas urbanas y áreas periurbanas. Cabe aclarar que se presenta con mayor frecuencia en ambientes antrópicos.



Los adultos, llegan a medir unos 20cm de largo y 10cm de ancho.
El caparazón es cónico, de color castaño, con bandas longitudinales castaño claras y oscuras.
Los huevos son depositados en el suelo, las puestas pueden llegar a tener hasta 600 huevos de medio centímetro de diámetro y son de color amarillentos. Durante el año, A. fulica puede realizar múltiples posturas.
Los juveniles tienen una alta tasa de crecimiento y su comportamiento es voraz.
Están activos todo el año, resisten altas y bajas temperaturas y pueden vivir, en promedio, hasta 6 años. Utiliza diferentes sustratos como refugio. Se lo puede observar en paredes, árboles, arbustos, suelo y en viviendas.

Recomendaciones para la población general:


  • No tocar caracoles.
  • Evitar el contacto con la baba del caracol, especialmente con ojos, nariz y boca.
  • Lavar con agua potable las verduras.
  • Si tocó un caracol, lavar inmediatamente sus manos. También hacerlo luego de tocar superficies que pueden haber estado en contacto con la baba del caracol.
  • No consumir caracoles.
  • No utilizarlos como carnada, mascota o adorno.
  • No utilizar venenos contra el caracol, ya que pueden afectar a niños, mascotas o fauna nativa.
  • Elimine del jardín restos de madera, materiales de construcción tejas o cualquier elemento que pueda ser utilizado como refugio por el caracol.
  • En caso de ser necesario, tomar los caracoles con guantes impermeables, colocarlos en una bolsa, aplastarlos y enterrarlos. Los guantes también deben ser enterrados o quemados.
  • No permitir que los niños participen en la captura de los caracoles.
  • No trasladar caracoles hacia otras zonas. Tener precaución al trasladar plantas u otros elementos del hogar donde los caracoles o sus huevos podrían alojarse.








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